66 COSAS QUE DETESTO
66 COSAS QUE NO ENTIENDO
¿QUÉ PASÓ CON JOSH?
El caso es que casualmente (o no tan casualmente) llegué a un vídeo porno que se llamaba “A Tribute to Josh”. El vídeo pse, o sea, que como siempre, me acabaron interesando más los comentarios.
El caso es que además de leer comentarios de vídeos, hay otra cosa que me flipa en la vida, que son las investigaciones absurdas. (Como esta o esta)
Mirando su cara y su gesto podría ser el joven Josh, pero es más probable que no lo fuera. ¿No?
CUENTO PARA LUCAS
He vivido tanto desde que pasó lo de Julia, que me cuesta recordar los detalles. Probablemente, porque yo he decidido borrarlos, como si fuera un nombre escrito en la orilla de la playa.
En realidad digo "lo de Julia" como si fuera solo un hecho. Aislado y sin sentido. Julia fue mucho más que una anécdota que clavar con chinchetas en mi corcho de cosas para recordar.
PODCAST KILLED IG STAR
Bien, pues este blog, que tiene un 10% del tráfico que tenía antaño (y todo guay: gano libertad y pierdo presión) como tantos otros, ha dado paso a otras formas de comunicación más visuales e inmediatas. Instagram sobre todo. ¡Qué preciosidad instagram, qué divertida y efímera parece la vida desde ahí! Lo digo sin ironía. Me gusta la inmediatez, la estética y las ocurrencias de las vidas ajenas. Ver a través de otros, puede ser incluso sano. ¡Ni caso a los agoreros que hablan de las consecuencias luciferinas de las redes sociales!
Además, el mundo no es un lugar tan inhóspito y gélido como pretenden hacernos ver. De hecho, tal vez para contrarrestar esta oquedad hedonista, estamos viviendo un momento de despegue los podcast (Me ha apetecido escribir el plural acabado en s, "PODCASTS", qué difícil de decir. Inténtelo, ya verá qué absurda se siente).
Cada vez hay más y mejores podcast. Tal vez sea por la necesidad de humanizar la comunicación: la vuelta a la tertulia, a la narración de boca a oreja, recuperar el relato en primera persona... Yo desde luego en mis trayectos cualesquiera que sean, voy escuchando podcast. Los que menos me interesan (y los que más hay) son los de misterio y cosas paranormales, aunque alguno cae de vez en cuando.
Aller me invitaron a la grabación de dos podcast y los gocé bastante.
Así que, si les parece (y si no también, que para eso es mi blog que no lee ni el Tato), paso a listar mis podcast favoritos de buenos a mejores, para compartir lo bueno, que es lo que hacemos la gente maja:
10.España: El podcast que grabé para El Estado Mental, del que sólo pude hacer 4 programas.
9. Cualquier podcast de biografías, historia o filosofía.
8. Algunos programas de espiritualidad de Mindalia televisión. Sí amigas, cada vez me sirve, me calma y me instruye más esto de la consciencia, el autoconocimiento y la espiritualidad. A la pregunta ¿Creo que de un tiempo a esta parte se me está yendo la olla con estos temas? la respuesta es sin sombra alguna de duda "Sí". Y también es verdad que desde que leo y practico varias corrientes espirituales soy asquerosamente feliz y positiva. De dar mucho asco y algo de rabia. Por cierto, tardé en comprender que cuando yo entendía "Mindalia televisión, ayuda desinteresada al turista" en realidad decían "Ayuda desinteresada altruista" y me gusta un poco menos, porque me gustaba sentirme turista en esta vida.
7.Los hermanos Podcast (Hematocrítico y Noel Ceballos) especialmente recomendables las biopsias de "Médico de familia" y el análisis del blog de Fran Rivera.
6.Deforme semanal: La versión radiofónica del realitychou dialogado de Isa Calderón y Lucía Lijmaier. Oro líquido.
5. Campamento Krypton: Aunque son totalmente inconscientes de su heterucismo, la forma de venerar la cultura pop y los programas largos como a mí me gustan, hacen que les perdonemos. Se agradece lo bien documentados que están.
4. Pijas Marrones: El programa de Popy Blasco y Gut Derby (Donde grabé aller con el ínclito Iñaki Domínguez). Me parece un acierto que los invitados lleven "un amigo" para descubrir y charlar. Ideón.
3.¡Puedo hablar? Donde también estuve aller. La gran honestidad de Perra de Satán y Esnorquel y lo bien que escuchan, les hacen valedores de uno de los mejores podcast del estado español. Con el de Monstruo Espagueti (este) casi me meo encima. Y me da que va a acabar siendo un magacine audiovisual de éxito, porque es muy lo más.
2. La amiga de mi amiga, el podcast bollerista que le hará enorgullecerse de ser lesbiana o lamentarse por no serlo. Si no lo escucha, usted no merece vivir.
1. Todavía no existe mi podcast favorito, pero se está gestando gracias a Dani Fernández Cañadas, mi futuro compañero radiofónico. Todo llegará.
Lo dice Diana Aller
JUNG Y LA SINCRONICIDAD


22 USOS DEL BICARBONATO
DINERO
AÚN ESTÁ USTED A TIEMPO DE PREPARAR ALGO GUAY POR SAN VALENTÍN
LA FELICIDAD ERA ESTO
COSAS QUE ESTOY HACIENDO ENCERRADA -CREO QUE- CON CORONAVIRUS
*Llevo encerrada en casa 3 días. Desde el lunes con síntomas de Coronavirus. Me he hartado de llamar al teléfono habilitado para ello. He contactado hasta en 3 ocasiones. Me dicen que ya me llamarán. En mi seguro, lo mismo. No me hacen la prueba porque no estoy grave y el sistema está colapsado. Hoy me han dado baja laboral oficial desde mi Centro de Salud con atención telefónica de mi médico de cabecera. Estoy bien. Enferma, pero bien.
COSAS QUE ESTOY HACIENDO:
- Ponerme las bragas más horrorosas que tengo.
- Aspirar ventolín como si fueran porros.
- Agradecer con fervor beato el urbanismo clásico de Chamberí con terraza transitable en la vivienda.
- Planear una nueva vida, donde el trabajo será sólo un medio y los abrazos el gesto de la victoria.
- Madrugar, comer a sus horas, trabajar, ducharme, establecer rutinas para no enloquecer.
- Enloquecer.
- Racionar el papel higiénico como si fuera una reliquia románica a punto de extinguirse.
- Odiar a los seres queridos que me dicen que vaya al médico. Sé que tienen buena intención, pero ahora mismo soy un arma, una katana, un fusil de asalto... Tengo que ser responsable y mirar por los demás.
- Tomarme la temperatura compulsivamente.
- Todavía no he echado mano de Netflix, ni de porno, ni de cine... Porque estoy sin fuerzas, pero todo llegará.
- Tener conversaciones profundas con dos adolescentes de los que aprendo mucho y que ¡oh, casualidad! son hijos míos y están confinados en esta locura y lo llevan mucho mejor que yo.
- Pergeñar una fiesta, un festival, una vida entera de celebración del fin del Coronavirus.
- Listados de cosas por hacer que no tengo fuerzas para hacer: aprender a cocinar, escribir, limpiar a fondo la casa, hacer fotos que sólo me parezcan creativas a mí, hacer esquejes y cosas de esas que postergo habitualmente y ahora más porque estoy pocha...
- Buscar predicciones de Nostradamus que cuadren con esto; líneas de negocio durante el encierro y empresas que lo peten en un futuro no muy lejano: Expendedores de jabón desinfectante que serán obligatorios, gafas molonas con sensibilidad térmica...
- Creerme que vivo en una película de zombies.
- Acompañar de pan tostado cada plato y cada comida.
- Mirar instagram para olvidarme del tema, por supuesto, sin conseguirlo.
- Comprobar que tengo menos paciencia de lo que creo.
- Reírme mucho cada vez que me acuerdo de lo primero que me han dicho mis hijos al despertar hoy: "¿Cómo está un mago cuando come mucho? Magordito". (¿Soy simple? SÍ)
- Quedarme sin aire cada vez que digo una subordinada. Estoy aprendiendo a hablar telegráficamente.
- Llorar sin saber por qué.
- Llorar sabiendo por qué.
- Leer lomos de libros y no decidirme por ninguno.
- Hacer recuento de cuánta gente he tocado, abrazado, con cuanta gente he compartido espacio vital, bebida, besos, comida en las últimas dos semanas.
- Darme cuenta de lo sociable que soy, de la cantidad de cosas que toco y de los trayectos que hago.
- Cuidar a mi madre desde la distancia.
- Sentirme cuidada.
- Escribir "¿Qué tal te encuentras"? a mis últimas citas Tinder.
- Leer bulos, memes e información veraz sobre el monotema con la misma atención, ilusión y receptividad.
- Mirar los mocos cuando me sueno o las deposiciones cuando cago: la vida tranquila y el recogimiento, me lleva a detener mi atención en las pequeñas cosas.
- Toser como si un alien con forma de alpargata seca me poseyera por dentro.
- Acostumbrarme al soniquete de la tv como si fuera un miembro deficiente de mi familia.
- Esperar vanamente a que me llamen para hacerme la prueba y saber a ciencia cierta si es coronavirus o no.
Lo dice Diana Aller
CUANDO ESTO ACABE
Yo también he perdido el trabajo y por ahora no he perdido a nadie cercano.
Me siento culpable de ser feliz en mi casa: un hogar añorado en el que pernoctaba hace sólo mes y medio y en el que ahora aplaudo puntual cada día. Me construí hace casi dos años una fortaleza rosa y dorada, como un prostíbulo moscovita. Una casa amplia, a juego con mis sueños.
No veo conciertos de gente en su casa. No he ordenado ni un sólo armario. Apenas miro Instagram. Adoro más que nunca a mis amigas. Pero no participo de zooms ni skypes ni fiestas solitarias frente a una pantalla.
El otro día -no sé cual porque como el de ustedes, mi tiempo es líquido ahora- hice un gratén de setas. También he hecho ratatouille y torrijas. Esa no soy yo pero aquí estoy habitándome.
Encerrada con dos adolescentes que como corresponde, viven hacia dentro sin saber todavía descifrar lo que piensan, aunque es lo más acertado que van a pensar jamás.
Yo pienso obviedades y obscenidades. A veces a la vez incluso.
Estamos quietos porque teníamos que parar.
Los necios crispan el ambiente. Agapimú me parece paz espiritual.
¡Qué raros y desleales los sueños nocturnos! Me tienen despistadísima.
Me acuerdo de mis amantes y siento un amor caudaloso por cada uno de ellos.
Me vienen también recuerdos cuerdos y desnortados; felices y amarguísimos.
Como les ocurre a tantos otros, han desaparecido mis ingresos, pero como los héroes, no tengo miedo. No me puedo permitir tenerlo, precisamente por cobardía.
He adoptado una perra. Me digo a mí misma que para darle una vida digna (Tiene unos 8 años, está un poco coja y nunca ha tenido un hogar). Creo que en realidad lo he hecho para tener una preocupación extra. Algunos humanos necesitamos responsabilidades para castigarnos de una forma sibilina. Practicamos un sadismo refinadísimo y cuando está a nuestro alcance la comodidad, hacemos saltar el firmamento por los aires para que las estrellas nos salpiquen encima.
Me han hecho un encargo tan insólito como complaciente: Escribir una película.
Compruebo que no hay nada más pretencioso que querer contar algo único.
...Y sin embargo, qué difícil es dar voz a quien se le desmorona su vida pequeña, cuánta grandeza hay en ese frutero que día a día es protagonista en la misma mesa.
La vida, arrolladora y feroz, todo puede.
La peor noche del coronavirus apenas podía respirar. Creí que no llegaría al día siguiente, porque no podía ni llegar a la puerta.
No sé el mundo que se nos viene encima. A lo mejor nos toca apadrinar un influencer, quedar a beber en las rotondas, vestirnos a diario de Crossfit o cuadrarnos ante el puto "Resistiré". Supongo que harán lo imposible por perpetuar el sinsentido en el que vivíamos antes. Y lo aceptaremos, claro.
Todo me parecerá diminuto y absurdo, creo.
No estoy segura de cómo será el nuevo mundo.
Cuando esto acabe, me quiero enamorar.
Lo dice Diana Aller
EL VALLE NO SE TOCA
EL PROBLEMA DE ESPAÑA
Procedo de una larga estirpe de españoles.
(Esto no garantiza nada, pero me apetecía empezar un texto con esta frase)
España en general y yo misma en particular, andamos sumidas en una crisis a consecuencia de un virus del que estamos hartas de oír hablar.
Yo crecí con un retrato del rey Juan Carlos I en cada aula que pisé (y fueron demasiados). En él posaba el monarca con una señora que hacía las veces de mascota, de excusa heteronormativa, de modelo adulto de lo que era España: Una manera única, cerril e hipócrita de entender las cosas, disfrazada de libertad.
En 2020 ni mis estudios (reitero: demasiados) ni España, ni sus instituciones, han demostrado servir de gran cosa. ¿Cómo es posible teniendo un patrimonio -intelectual y terrenal- tan nutrido? ¿Cómo hemos llegado a este perenne "Estado de Malestar"?
En lo personal, ando lidiando con las secuelas del COVID, que no son reconocidas ni para conseguir un simple certificado médico. He buscado alguna asociación de afectados; y la única que hay constituida, basa su ideario en pedir la dimisión del Gobierno. Me planteé crear una plataforma, para unirme a mis iguales e investigar estas malditas consecuencias que arrastro. Pero, sinceramente, no tengo fuerzas. Estoy aprendiendo a parar, a tomarme la vida con la calma que exige mi salud ahora mismo. No me quiero extender con esto, pero al final, estoy encontrando mucho alivio con auto-hipnosis, PNL, meditación y espiritualidad. Cuando esté del todo recuperada, prometo enfocar todas mis fuerzas a ayudar a quienes hayan quedado con las mismas secuelas que yo.
Pero no soy ajena a "lo global", el lugar que habito, con sus leyes y lenguas comunes, con mi irracional matriotismo: España. España es un país sobrecualificado, como sus moradores. Un país increíble, con tortilla de patata con y sin cebolla; con Camarón, con la hora de la siesta, con María Moliner, la monstruosa impronta de Chiquito de la Calzada, atardeceres sobrecogedores en cualquier pedanía, charlas fascinantes mañana, tarde o noche y hasta el adjetivo "abuhado" para describir a quien se le pone cara de lechuza, como mi amigo Vicente en los festivales. España es una pasada. Pregúntenle a James Rodhes si tienen alguna duda, que gustoso les responderá.
Pero este año no se nos está dando bien. Nos ha enfrentado de cara con todas nuestras flaquezas.
Tenemos esa gallardía que nos hace posar con galones de cara a los demás, mientras que nos movemos por chanchullos, estafas, pillaje. Es el ejemplo que hemos tenido reinando siempre.
Creemos que "libertad" significa criticar. Y creemos que si criticamos, nos situamos por encima. Y no se les ocurra a ustedes incurrir en el error de felicitarnos a nosotros mismos. Y si lo hacen, recuerden arremeter contra otros: Si aplauden a la sanidad pública, métanse con la privada (no se molesten en movilizarse por una gestión transparente, digna y universal). Si vota a un partido, no olvide llamar fascistas a los contrarios.
Entendemos que las normas de nuestros dirigentes son preceptos autoritarios que por supuesto, tenemos que criticar antes que cuestionar y en ningún modo sumarnos o trabajar por afinarlos. No entendemos las normativas como algo común a todos, dúctiles, necesarias como punto de partida. Son una maldición del enemigo, no un necesario paraguas de protección de nuestros semejantes y nosotros mismos.
Nos indignamos con los botellones y las ocupaciones (qué raro este empeño por señalar ahora a los "okupas malos", por cierto), acusamos cual agentes de la gestapo a quien se saltaba el confinamiento sin saber su situación, pero "yo me reúno con mi familia, mis colegas o quien sea" y nos abrazamos, compartimos una parrilla, un porro, un chalé... sin mascarilla. Como Juan Carlos I. De cara a la galería nuestra heroicidad consiste en estar por encima de gobiernos y poderes. "No tienen ni idea" decimos. Por detrás seguimos la cartografía de nuestras propias apetencias.
Así no se avanza.
Precisamente, ahora es el momento de arrimar el hombro, obedecer(*) y observar. Aprender. Y sobre todo, ser flexibles. Adaptarnos, ofrecer antes que exigir, asumir la improvisación como un valor positivo y poner en práctica toda la tolerancia que hemos tenido con los Borbones. En lugar de alimentar la crispación que sólo fortalece la crisis, trabajemos el sentido común, que visto lo visto -y hablo desde la terapia post covid que estoy siguiendo- es lo único que nos sacará de esta crisis.
Redireccionemos la energía donde hace falta, que es empezar a reconstruirnos antes que liarnos a hostias (dialécticas, metafóricas o reales). Por favor se lo pido.
Procedo de una larga estirpe de españoles. Y no me ha servido de gran cosa, qué pena.
(*) Obedecer es siempre el primer paso. No puede haber una desobediencia útil, si no se aprende a obedecer.
Lo dice Diana Aller
COSAS QUE PASAN -DE VERDAD- EN EL AMOR Y EN EL SEXO 17: EDICIÓN PANDEMIA
-"El sexo es la broma más grande que Dios ha gastado a los humanos" (Bette Davis)
-Dicen que la mascarilla favorece, porque idealizamos la zona de la cara que no vemos. Pero es una mentira gorda como Teo Rodríguez. ¿La verdad? Son como las gafas de sol: hay gente que le favorece y gente a la que no.
-Cuando al fin (¡Al fin!) tengo una cita y resuena el "Aleluya"de Haendel a todo volumen en mi cerebro, me viene la regla.- Netflix, alcohol y sobre todo Tinder, jugando con nuestra dopamina todo el día. ¡Amos ya!
-¿Cómo es esa gente que se queja de que su pareja no le hace caso? O sea ¿De verdad? Yo llevo desde 2012 sin pareja y aquí estoy con toda mi dignidad.
-El confinamiento en términos estadísticos ha roto 10 veces más parejas que las infidelidades. ¿De dónde saco el dato? De donde todo lo bueno: hablo sin saber.
-"Un intelectual es una persona que ha descubierto algo más interesante que el sexo" -Aldous Huxley- (Y nos creíamos intelectuales...)
-Conversación de un esclavo y una ama BDSM:
-Vale que los amores imposibles son los más bonitos. Pero hay veces que nos interesa follar y no la belleza platónica.-Pégame.
-No.
-¿Estado Civil? Su tabaco, gracias.
-Tengo un amigo que asegura que el día de máxima excitación sexual es el día de resaca. Desde que me lo dijo, me pasa igual. Cachis la mar...
-¿Qué buscan esos tíos que al follar sólo miran su propia polla? ¿Qué buscan? ¿Se les ha perdido el wifi, la dignidad, la educación, el condón?
-Te quiero, pero me cierran ya el Mercadona, sorry.
-Las frases más disuasorias de Tinder:-Dice la gente que se droga que cuando sale con un claro objetivo sexual, éste se disipa a la segunda toma. Cuentan que a cierta hora, ante el binomio sexo o seguir drogándose, la gente prefiere lo segundo. Eso dicen...*Mido 1,81, que parece que importa por aquí.
*Si no vas a hablar, no des al like.
*Abstenerse tías poniendo morritos, Barbies de gimnasio, reguetoneras... (Después hay que ver a los modelos de Calvin Klein que escriben esto, claro)
*Viajar, leer, Netflix (¡Guau!)
*Casado. Morboso. (Puagh. Poto. Poto con tropezones)
*Canción de Culto: Bohemian Rapsody, Queen (¿De verdad?)
-No me acuerdo ni de su voz, pero no se me va de la cabeza.
-Si no habéis aprovechado esta pandemia, metidas en casa y sin bares, gastando las bragas más feas que tenéis, no sabréis dirigir una empresa, ahora que toca ser emprendedora.
-Me cansa mucho el -absurdísimo- argumento de "es joven y soltera: puede hacer lo que quiere". ¿Acaso las casadas y/o mayores no tenemos libertad? ¿No existe en esas cerriles mentes la noción de pareja abierta, sologamia feliz, libertad adulta, etc?
-APF: Santiago Abascal, Cayetano Rivera, Inés Arrimadas, Kiko Matamoros... ¿Cuántos APF conoce usted? (*APF=Asquerosos pero follables)
-Tenemos muy desatendido el cuello últimamente. ¡Colegas: el cuello es una zona muy erógena!
-He encontrado por ahí unos datos que dicen cuál es la mejor hora para practicar sexo: A los 20 años, el pico de energía es mayor a las 15:00 horas. Entre los 30 y los 40, a las 08.20, ya que la luz de la mañana aumenta la testosterona en ambos sexos. De los 40 a los 50, el gran momento es a las 22.30, que es cuando se libera más oxitocina, la hormona del amor. De los 50 a los 60, la hora ideal es justo antes de irse a dormir, para favorecer el descanso. A partir de los 60 recomiendan las 20.00, pero no dicen porqué.
-Te habla de un viaje a Bolivia, mira al techo, gesticula con sueño acumulado en los párpados... Estira sus brazos largos en tu cama arrugada. Y tú sólo piensas en capturar ese momento, en que ojalá exista Dios y te lo muestre de nuevo al llegar al cielo.
-Follar por follar no es follar al cuadrado. Para nada.
-¿Por que nos gusta lo que menos nos conviene? ¿Por qué?
-Si ya era duro seleccionar en el mundo pre-covid, ahora es un milagro dar con alguien que merezca la pena. Hay una desesperación marchita y rara en estos tiempos aciagos.
-Gente que pretende impresionar y seducir con dinero. Es como seducir, yo qué sé, recitando a Calamaro o regalando una sartén.-Tengan ustedes cuidado con lo que desean. Es facilísimo que se cumpla.
-Tinder está más on fire que nunca. Desentrañar sus secretos, su algoritmo y la fórmula mágica para coleccionar un máximo de matches, se ha convertido en un tema serio de investigación.
-Pasar de los 40 años y quedar en un parque para tener sexo al hacerse de noche. ¿Regresión? ¿Imbecilidad? ¿Generación perdidísima?-El caso Mainat es demasiado guay como para ser cierto.
-Camina ingrávida y vaporosa. A veces parece despistada, normalmente perdida. No es consciente de su atractivo. Ni de que le sobra heterosexualidad y le faltan tres gin tónics y una bollera que le guíe en una noche tonta de otoño.
-El amor más puro y más férreo que hay, a prueba de todo: ni parejas ni familia: Los amigos y amigas, la gente elegida para crecer, para disfrutarse, eso sí que es AMOR. Del de verdad. (Como dice Brigitte Vasallo ¿Qué es eso de decir "Somos SOLO amigxs"?)
-Cuidadito con lo que consideramos porno mainstream. Estamos normalizando cosas que no lo son.
-Querer enamorarse y no poder. Poder y no querer.
-Amigas, si un chico os pide sexo anal, acceded siempre. (Siempre que se dejen penetrar ellos primero)
-Nos creemos muy liberados y maduros, muy capaces todo. Quedamos con una persona desconocida y acabamos teniendo una sesión de sexo desbocado. Y luego llevamos meses mirando con deseo a alguien y no nos atrevemos ni a cruzar la mirada. Somos unos incoherentes.
-Las pandemias van fatal para las parejas. Pero casi peor para quienes no tienen pareja.
-Hay dos tipos de personas: los que follan bien y los fans de Rafa Nadal.
-Ni festivales, ni bares, ni discotecas, ni conciertos ni botellones. ¿Qué hace la gente de 16 a 25 años?¿Cócteles molotov?
-La Isla de las Tentaciones ha puesto en el punto de mira la toxicidad heteronormativa, al punto de parodia. Ojalá se goce con espíritu crítico. (Conocer a Olaya Rivas es una de las mejores cosas que me ha pasado desde que vivimos en pandemia, por cierto).
-Es mejor decir a tiempo "Eres increíble y ha sido guay conocerte. Eso sí, ahora no es mi momento. Ojalá lo fuera" que evitar sufrimientos innecesarios que nadie merece. Las expectativas, como las hemorroides, cuanto más crecen, más duelen.
-¿No le ha pasado a usted enamorarse fuerte de doler el corazón y sentir que el universo se achica en el interior del cuerpo y se expande al infinito sin gravedad? A mí no.
-Hay tristeza y preocupación. Hastío, miedo. Hay que ser fuertes. Animar, ayudar. Unirnos, luchar. El sentimiento de pertenencia, arroparnos... Esos son los pilares emocionales que necesitamos ahora.
-La infidelidad de mis amantes no es mi problema. Bastante tengo con lo mío.
-Hoy mismo lo he hablado con J y con V: Avisar con un escueto "Me voy a correr" es una cuestión de educación y buen tono. Hay que hacerlo siempre.
-Fantasías sexuales muy por debajo de ser fantasías. Enfermedad patológica. Desorden intimísimo. Vergüenza propia. Nuestros cerebros son una basura, reconozcámoslo.
-Tropezar infinitas veces con la misma piedra. Así se resumiría la vida sentimental de un altísimo porcentaje de gente.
-"El amor es emoción y el sexo acción" (Madonna)
-Una de mis cuentas favoritas de Instagram es la de Román que no sé cómo se apellida. En su perfil, que se llama "Filosofía nivel usuario" desentraña con certera puntería las pulsiones humanas, sometiéndolas al delicuescente yugo filosófico. He aprendido más ahí que en 30 años de relaciones afectivo-sexuales.
-Qué lío lo de Miguel Bosé y Nacho Palau. Eso pasa por comprar hijos envasados en mujeres menesterosas. Y por ser negacionista igual también.
-En las fotos de Tinder era un supraser. En la realidad es un mikolápiz.
-Cuánto halo de erotismo han perdido los políticos últimamente ¿no?
-Por su envergadura, la ballena azul tiene el récord en cuanto a tamaño de pene, con 3 metros de largo y uno de diámetro. Peroproporcionalmente, quien gana es el piojo, cuyo miembro viril puede superar en 50 veces su propio tamaño.
-Canciones que nos hacen creer en el amor. Qué inventazo la música, joder.
-Llega un momento en la vida en el que revalorizamos los besos. Besos encendidos y azules. Besos húmedos, blandos, lentos. Besos heridos de muerte. (Mátenme por lo que voy a decir ahora, que ya me da todo igual: Me flipa la canción de "Besos" de El Canto del Loco)
-Al menos una vez en la vida, hay que follar en catalán.
-En unos días es mi cumpleaños. No soy materialista, no quiero regalos. Me conformaría con que te corrieras en mi cara.
Lo dice Diana Aller
Estoy cansada y escribo poco. Pero si quieren más, aquí tienen los capítulos anteriores:
1, 2, 3, 4, 5, 5 bis, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 12bis, 14, 15, 15 bis 16
ENORMES SOLUCIONES PARA GRANDES PROBLEMAS
Para superar una ruptura de pareja:
Tras una ruptura de pareja, usted va a vivir un duelo, que puede ser tan doloroso como el de una muerte cercana o incluso más. Porque -sobre todo al principio- amenaza la posibilidad de volver y recuperar la paz interior. De poco sirve explicarle a usted que una ruptura es una puerta abierta a un florido destino. Que las oportunidades afectivo-sexuales tienden a infinito y que se inicia una época de autorreconstrucción maravillosa. A usted el cuerpo le pide stalkear las redes sociales de esa persona que ya no es su pareja, escuchar canciones deprimentes y trabajar la autocompasión y el victimismo a niveles de Lucía Etxebarria. Pues aquí vengo yo a decirle que no, que lo mejor que puede hacer es sentarse cómodamente, desactivar notificaciones y visionar "Chicas Malas" (2004). Como ya sabrá, la película no trata precisamente de historias de amor. Pero es igual, es lo más terapéutico tras una ruptura. Tiene un efecto sanador flipante. Ya, después, puede tirar hacia "Clueless" o "Aterriza como puedas" o lo que quiera, pero nada de seguir sus instintos. Eso es lo más contraproducente: Ni se emborrache, ni compre con compulsión, ni mire si su ex está conectadx o no.
Para encontrar trabajo
Lo primero es pararse a pensar un buen rato. No se trata de buscar lo que sea, sino identificar objetivos. No se crea esas historias de gente "que se reinventa". Eso sólo lo pueden hacer los pijos, que pueden permitirse que una idea no salga adelante. Por eso le digo que tiene que pensar, bolígrafo y libreta mediante, en sus capacidades, en lo que le interesa, sus contactos y facilidades en los mercados a los que opta... y no se pierda en todo lo que se supone que hay que hacer. Invente su propio método centrándose en el resultado. Si le dedica un par de días a esta labor, su vida puede mejorar bastantito. ¿Que la cosa está chunga? Sí, mucho ¿Que vamos dejarnos arrastrar? Ni de coña. Hemos venido aquí a darlo todo. (Busque en ese pozo ponzoñoso que es la interné cómo crear estrategias y objetivos: ya verá qué cosa tan bonita).
Para evitar las pérdidas de orina en la senectud
Ahora nos da igual, pero no debe ser agradable llegar a vieja y mearse con cada estornudo. Y es ahora cuando podemos evitarlo. Lo primero, primerito, hay que ejercitar el suelo pélvico. Que mucho nos obsesionamos con no tener la tripa hinchada y blanda, pero el coño nos da igual porque está escondido -casi siempre-. Así que, a hacer ejercicios de Kegel (ellos también pueden deben).
Y si usted va a tener hijos, infórmese por favor de cómo tener un parto respetado, sin tactos innecesarios, sin violencia y sobre todo, sin episiotomía. Mis amigas de El Parto es Nuestro, estarán encantadas de ayudarla a parir con amor y a que dé gloria ver sus genitales.
Para conseguir el DNI electrónico
Si no es usted religioso, a partir de ahora es menester que lo sea. Si puede desplazarse, va a ir usted a Oropesa del Mar. Una vez allí, va a la plaza de la iglesia. Entre en la misma. La virgen que encontrará allí es la patrona de la Paciencia. Récele algo.
Si no puede desplazarse, venere la imagen de susodicha deidad y a ver si hay suerte.
Para que no se empañen las gafas con la mascarilla
A mí me da mucha angustia ver a la gente con las gafas empañadas, aunque hay a quien le da igual. Aguerridos ciudadanos cual Braveheart que atienden la vida tal cual les viene, con inclemencias atmosféricas de su propio cuerpo. Gente que seguro goza con el olor de su aliento y permite que le empañe la visión el regusto a garbanzos con chorizo del almuerzo. Pero si usted no quiere ser de esos, lo primero es que ajuste bien la mascarilla y que se la ponga por debajo de las gafas. Si para ello tiene que cruzar las gomas, hágalo. Lave con jabón ambas partes de las lentes. O mejor todavía, con una patata partida y papel de periódico para limpiar: El almidón evitará que se empañen.
Para sobrellevar el Covid Persistente
Lo que a mí me funciona: CBD sublingual en gotas, 20 minutos de sol los días que hay sol, suplementos vitamínicos y para las defensas, ejercicios de memoria, meditación o respiraciones profundas (se puede hacer mientras se toma el sol), no dejarse vencer, no permitir que esta mierda pueda con nuestro estado de ánimo. Evitar en la medida de lo posible ansiolíticos y antidepresivos. Se puede vivir a otro ritmo, podemos renunciar a agobios, prisas, angustia. Aprendamos de esto, escuchemos a nuestro cuerpo y abracemos nuestra debilidad.
Para que la regla dure menos
Tengo una buena noticia y una mala. La buena es que se puede hacer que la regla dure menos; la mala es que de un día para otro, es complicado. Lo deseable es conocer nuestros ciclos perfectamente. Que la regla no sea un manchurrón en las bragas que nos da mal rollo. Al contrario, es vida, es nuestro motor y conocerla y respetarla, nos puede hacer felicísima la existencia. Simplemente piense qué tristeza le va a dar cuando la pierda para siempre.
Si usted practica consigo misma, puede ver qué cosas acortan su duración: Hacer deporte (cardio con saltitos, por ejemplo) al principio y al final del día; ejercicios de Kegel (de nuevo) cada vez que hace pis; determinadas infusiones; masturbarse; judías verdes o masajes en la tripa en forma de corazón hacia dentro... Todo eso son remedios que pueden funcionar. ¡Eso tan extendido del zumo de limón es superchería pura! ¡No tiene fundamento! Y ahora sí, el truco chungo para una emergencia -y nada recomendable para nuestra salud- es tomar dos píldoras anticonceptivas con 8 horas de diferencia. Tiene consecuencias hormonales nefastas y su cuerpo se quedará loqui, pero usted ya es mayorcita para saber cuándo tirar de estos remedios.
Para cualquier otra cosa:
Bicarbonato. Hay muy pocas cosas que el bicarbonato no pueda solucionar.
Lo dice Diana Aller
DEJAD EN PAZ A MI DEMI
¿Se sorprenderían ustedes si les digo que las mujeres estamos sometidas al yugo de la belleza, la juventud y la delgadez?
Pues eso.
Las mujeres estamos sometidas al yugo de la belleza, la juventud y la delgadez. Hasta el punto de ser valoradas prácticamente solo por ello. Hasta el punto de VALORARNOS a nosotras mismas solo por ello. Hasta el punto de agredir nuestros cuerpos y nuestras mentes con sofisticadísimas torturas para ello. Y mentimos y nos engañamos. Nos convertimos en expertas manipuladoras:"Lo hago por mí, por verme bien"; "Es por salud"; "Esas curvas de la foto son empoderantes"... Madre mía, el cacao que tenemos en la cabeza. Es increíble lo bien que hacemos el juego al sistema, y encima lo disfrazamos de (elija lo que se corresponda en cada caso:) emancipación, feminismo, libertad, gustos personales.
No se me ocurre nada más retorcido y perverso que creernos dueñas de nuestros cuerpos, mientras donamos nuestros cerebros a causas para dañarnos.
(El antes y el después de la doctora Carla Barber)
Se trata de tener las miras en un horizonte imposible; de mantenernos siempre en la permanente insatisfacción. Quiero tener otra piel, otro peso, otros muslos, otra edad... Quiero ser una máscara de instagram, un ser mitológico, un avatar, Marta López Álamo, un hentai. Quiero ser algo distinto a lo que soy. Quiero no ser yo. Ese es el trasfondo, amigas.
(Aquí dos Kardashian ¿Saben ustedes a qué es proporcional su fortuna?)
El feminismo nos ha enseñado a revelarnos contra la mirada masculina, a doblegar esa preocupación por agradar a los varones... Pero esta extrañeza y rechazo hacia nuestros propios cuerpos, va más allá del mero machismo. Es un contubernio orquestado por fuerzas oscurísimas que alimentamos en soledad y en sociedad. Es la consecuencia de una cultura fundamentada en el consumo salvaje, en el individualismo, en los valores neoliberales, en las redes sociales, en el humano más exclavizado de todos los tiempos y más inconsciente de sus cadenas.
Vivimos en la permanente incomodidad y la constante búsqueda de la satisfacción del "yo". Yo, yo, yo. Mi perfil, mi clase de yoga, mi salud, mi alimentación, mi casa, mi sueldo, mi trabajo, mis likes, mi estado psicológico, mi felicidad. Terapia, autoayuda, Netflix. Mi mundo. Yo, yo, yo.Para calibrar lo que somos, necesitamos una política de máximos y mínimos. Baremos morales de lo que está bien y lo que está mal. Está bien hacer dieta (¡claro, es por SALUD!) pero sin pasarse. Está bien cuidarse, pero sin que parezca obsesivo. Está bien envejecer, pero -atención a esto- CON DIGNIDAD.Lo que más he leído en los comentarios de la última aparición de Demi Moore es que debería envejecer ¡con dignidad! ¡Tócate el coño! ¿Demi Moore se está haciendo mayor torturando gatitos? ¿Es terraplanista? ¿Ha salido a la calle sin mascarilla y con un fusil de asalto? No, se ha cambiado las facciones de la cara.
Veamos, Demi Moore, artistaza de Hollywood, del Hollywood esplendoroso de los 80 y 90, se presenta en el primer desfile de Kim Jones para Fendi en París y los comentarios hacia sus últimos retoques faciales, engordan timelines haciendo más ricos a los ricos y más menesterosos a todos. Todos, absolutamente todos, hacen referencia a la desmesura, el descontrol... al no saber. Como si Demi Moore hubiera perdido los papeles. Como si ella fuera la que dictara al mundo entero cómo hay que hacerse mayor. Como si su cuerpo y su rostro fuera nuestro. Nos parece una agresión. Que se le ha ido la olla y además muchísimo. Porque "unos retoquitos, vale", pero es que se ha pasado tres pueblos. Podría hacer como los demás, estirarse un poco, ponerse su botox, sus pomulitos... Pero este destrozo no tiene nombre: No sabe envejecer con dignidad.
Esto me recuerda a los discursos de "muy bien que seáis feministas, chicas, pero ESTO es pasarse". (Cuando "esto" es simplemente no plegarse a la agenda feminista pija neoliberal, mona y reabsorbible por la cultura, resumible en un slogan de una camiseta de ZARA). El mensaje que tenemos interiorizado es "No pasa nada si Demi Moore quiere estar mona, como están las señoras estupendas de su edad que se cuidan. No pasa nada si, como Ana Rosa, aprovecha un puente o un confinamiento para inyectarse ácido hialurónico. Todo está en orden mientras lo haga conforme a los parámetros del deber: Con "naturalidad", "que no se note"... Que le preocupe envejecer, que sufra por ello, pero que no lo demuestre"
El problema es que nos hacen sentir inseguras, deformes, deficitarias... Pero como lo hagamos notar, como nos salgamos del redil, nos juzgarán por ello. Locas, sin medida, desesperadas... Ahí la responsabilidad ya es nuestra.
Nuestros cuerpos no nos pertenecen. Solo los tenemos al servicio de nuestra insatisfacción, el motor del capitalismo. Pero eso no es lo peor. Lo peor, es que los cuerpos de las mujeres pertenecen al sistema. Un sistema devorador, cada vez más hambriento, más extremo, más inalcanzable.
Me encanta cómo le ha quedado la cara a Demi Moore, atravesada por dos hendiduras simétricas, que sonríen con altivez. Me gusta el gesto contenido de su boca, replegada en la lucha. Me gusta también la mirada recia, de samurai distante que guarda desgracias y sabiduría. Me gusta su manera de envejecer: hay en cada poro una asunción del yo; un reapropiarse de su cuerpo al que no estamos acostumbrados. Da igual el motivo, no importa cómo ha llegado hasta aquí, pero ojalá sea una avanzadilla: una mujer que se performa para ser ella misma; para superar esa parodia absurda de agradar, de hacer el juego al sistema. De vivir pendiente de los años, los kilos, las curvas, haciendo que no le importa, buscando que parezca natural. (Vaya gilipollez: natural)
Viva el artificio, joder. Viva las mujeres que han ido hasta el final, porque han iniciado el camino de regreso. Demi Moore ha vivido modelándose acorde a las expectativas ajenas. Y le están llevando por un camino inexplorado. Ojalá me leyera y le pudiera dar la enhorabuena por ser la avanzadilla de un montón de mujeres perdidas, hartas sin saberlo de donar nuestros cuerpos al juicio ajeno.
Prefiero a Demi, "encontrada" con sus fascinantes ángulos faciales y el relato de hartazgo que guardan, antes que a cualquier joven instagramer y su vulgar pornificación de la belleza.
(Esta es Marta López Álamo, estudiante de Administración y Dirección de empresas)
(Y aviso, que me estoy haciendo mayor, y he empezado a currármelo para envejecer sin eso que llaman dignidad. Ninguna dignidad)
Si les interesa la apasionante biografía de Demi Moore, hace justo 9 años, en 2012 escribí esto sobre ella. está feo que lo haga yo, pero les recomiendo que lo lean.
(La belleza: Defina lo que es para usted la belleza. Para mí esto: un visón blanco suavecito y un collar de cuentas negras)
Lo dice Diana Aller
CARTA A UN AMOR DEL PASADO
Te escribo desde 2021, joder... ¿Por dónde empiezo?
Debería explicarte que una pandemia ha asolado a la humanidad y ha arrasado incluso con mi energía. Padezco una cosa que se llama Covid persistente, pero ni siquiera tengo un diagnóstico en firme. Pero no quiero hacerte un resumen del presente continuo, del pasado inmediato.
Quiero viajar a ese tiempo de insolente juventud donde estás tú. Ese tiempo en el que fuimos felices. A ratos y entrecortadamente, como somos felices los pobres de espíritu. Querría retener tu olor, que ya ni sé qué grado de acidez tendría. Volver a las latitudes donde nos besábamos, donde imaginábamos un destino naranja y planificábamos acabar con la democracia y el capitalismo. Se repiten en mi memoria, insidiosos tus labios, con esa pigmentación marmórea que tenían. Tu voz acuchillada. Tu cuerpo a 36 grados, tus miedos que eran también los míos.
Hoy la vida es un poco más gris. Me va mejor de lo que podía haber previsto jamás. Tengo amigos increíbles que antes no conocía, y permanecen los de siempre. Tal vez mis hijos votarán en las próximas elecciones. Ha sido fascinante y vertiginoso verlos crecer. Muchas veces he sentido algo parecido a echarte de menos: Comentaba para mis adentros algo que me llamaba la atención, imaginaba tu respuesta a algún suspiro mío cuando robaba horas de sueño para sacar adelante a mi progenie con trabajos mal pagados y peor valorados.
Ando metida en mil proyectos locos. Ya sabes lo que me llama un reto y lo que me hundo estando quieta. Y por mucha bandera que hago de la independencia y libertad, demasiadas veces me falta una mano que tomar para enfrentarme a todo. Tú me dabas esa fortaleza silenciosa, reforzabas mi valentía y me hacías respetuosa compañía.
Pero me negabas ese respeto en la cama, tal y como a mí me gusta. Eso también me falta: Esa complicidad pasional y desbocada; ese olvidarnos de la hora y la fecha.
Sigo viviendo con intensidad y en plenitud, pero como te decía, los colores están más apagados desde que no me iluminas.
Sé de ti por conocidos en común, por tu estela de éxito... Quiero pensar que te va bien, que tienes lo que anhelabas o, mejor, que estás en el camino para conseguirlo. Ojalá que ya no vivas el amor de manera clandestina.
Te escribí y envié una carta previa a esta; no recuerdo ni qué te decía. Supongo que ya no te iba a esperar más. Por supuesto era mentira.
Me faltas como si te hubieras muerto, porque en efecto desapareciste de mi vida, aunque sigas lejos y fuera de mí. Y hoy, en un arranque absurdo, no sé bien porqué, he acabado postrada en mi portátil, repasando todo lo que he aprendido en estos años: datos inservibles y castillos emocionales. Puede ser que aller, ordenando papeles y agendas, apareciera tu nombre y volviera a dar un vuelco mi corazón.
Puede ser que los ánimos de un lector, Isaac T, me empujaran a escribir aquí de nuevo. (Por cierto, gracias Isaac por un texto tan sencillo, sincero y emotivo). Puede ser que mi maldito ego me lleve a anhelar la atención de cualquiera como un simulacro de la tuya. Puede ser que nunca vuelva a amar. Puede ser.
Yo qué sé.
(Los cuadros son de Rosa Bonheur, que con 14 años se enamoró de una chica de 12 y estuvieron juntas más de 40)
Lo dice Diana Aller